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Cuando hablas contigo mentalmente, ¿a qué ser te diriges y cómo?
Normalmente la gente no le habla a su divinidad sino a los aspectos
más superficiales de su personalidad cotidiana.
Y a menudo es un cúmulo de temores y quejas,
una insensata repetición de cosas viejas.
Si le habláramos de esa forma a otro ser humano,
tendríamos que disculparnos.
Aprendera a hablar correctamente al ser es un esfuerzo espiritual.
Los pensamientos del pasado y las preocupaciones sobre el futuro
no constituyen una buena conversación.
En lugar de ello, aprende a hablar a tu mente como si fuera un niño:
háblale con amor. Si le fuerzas a un niño a sentarse no lo hará.
Una buena madre sabe cómo convencer a su niño
para que haga lo que ella quiere.
Sé una buena madre con tu mente:
enséñale pensamientos buenos y positivos;
de ese modo, cuando le digas que permanezca tranquila, lo hará.
Ama a tu mente. Manténte feliz.
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BK Dadi Janki (1996) "Compañera de Dios"