Aunque las negatividades vengan a ti, en la forma de críticas o dudas, míralas como si fueran parte de un juego. Recibe los ataques como un observador desapegado. Sin importar cuán temibles sean las provocaciones, si las consideras como si fueran parte de un juego, las apreciarás mucho. No tendrás miedo o te confundirás. Aquel que asiste a los juegos de las negatividades como un verdadero jugador, permanecerá siempre sin temor y victorioso.