Hazte una criatura en la frente de Dios. Así como una madre cuida de las cosas que una criatura no puede cuidar, dale todas las cosas difíciles a Dios, con el amor de un hijo. Después de entregarle esos problemas a Él, procura no pedirlos de vuelta porque no te pertenecen más a ti. Para eso necesitas ser muy limpio y verdadero. Y eso es todo lo que Dios quiere ahora. Hazte verdadero y honesto y mira el brillo de felicidad en tu rostro y en tu vida. (BK Dadi Gulzar).