Necesitamos desarrollar la consciencia de ser una criatura y también un maestro. Al tener ambas actitudes somos capaces de hacer todo de modo preciso. Ser una criatura es estar libre de pensamientos inútiles, es simplemente aceptar y hacer lo que debe ser hecho. Ser un maestro significa dar consejos. Es observar cuándo y dónde es necesario dar una opinión. Para saber cuándo actuar como un maestro o como una criatura, necesitamos hacer un juzgamiento, esto es, pensar bien cuál es la forma que más se ajusta a cada situación. Ese es el secreto para evitar conflicto de opiniones.