AMOR

En la quietud de mi interior desarrollo la percepción de quién soy y de mi conexión con los eventos de la vida. Así encuentro poder para experimentar y conocer a Dios. Siento el amor llegando y envolviéndome con aceptación y protección. Este amor es incondicional, no demanda, no desea, no tiene expectativa. Un amor que acepta, independientemente de lo que haya hecho. Un amor que resalta tan solo mi fuerza y que me ayuda a tener  una visión positiva de mí. Una experiencia real del amor de Dios regenera la luz del ser y cura las heridas del pasado. (B.K. Meera).