Soltar no es abstraerme, sino percibir que no puedo controlar a los demás. Soltar no es intentar cambiar a los demás, sino dar el máximo de mí. Soltar no es corregir, sino dar apoyo. Soltar no es negar, sino aceptar. Soltar no es sujetar todo de acuerdo a mis deseos, sino aceptar cada día como viene. Soltar no es parar, sino cuidar. Soltar es temer menos y amar más.