Concluir un proyecto profesional, recibir un regalo especial, ganar un ascenso, etc., muchas veces pueden ser ejemplos de conquistas personales. Pero, aunque estas generalmente reflejan un reconocimiento a tu empeño y sean dignas de ser recordadas, una reflexión importante que puede hacerse en relación a nuestras mayores victorias, están conectadas a nuestro crecimiento como individuos: ser capaz de cambiar de hábito, desarrollar una nueva cualidad en el carácter, perdonar a alguien desde el corazón y vivir en armonía contigo mismo y con los demás – estás son victorias "que no tienen precio" y que están al alcance de cada uno.