ILUMINACIÓN


No es necesario dejar la sociedad para alcanzar la iluminación. Por el contrario, la persona que está llena de iluminación espiritual enfrenta la sociedad con más comprensión y generosidad para servirla y elevarla. Tal persona se hace elevada no por la renuncia de las responsabilidades o deberes del día a día, sino por la renuncia de las negatividades al desempeñar su papel en la sociedad. Ella no intenta escapar de sus obligaciones sociales sino purificar esas actividades al llenarse de paz, amor y felicidad. La auto-realización y la realización de Dios inyectan una riqueza sutil en nuestros patrones de vida.