La persona que cultiva el contentamiento es un optimista constante, paciente en cualquier situación y siempre está feliz. Aunque las situaciones porfían en persistir, ella siempre tendrá coraje para proseguir adelante sin jamás desanimarse. Ella nunca dirá palabras de desánimo o amargura contra nadie. Por eso se vuelve una presencia agradable y un amigo disponible tanto en los buenos como en los malos momentos de la vida. El contentamiento es el resultado de una mente estable y confiable.
António Sequeira, Virtudes para uma Nova Consciência,
Centro de Raja Yoga Brahma Kumaris de Lisboa, 1999