No es en el tomar que hay felicidad sino en el dar. Nuestra naturaleza puede ser tan limpia y clara al punto de sentir mucho amor por todos. Nuestro corazón puede estar tan lleno y abierto al punto de rebozar buenos sentimientos. Pero para que eso suceda, necesitamos revisar algunos conceptos. El cuerpo no es quien dirige al alma. Ahora, que existe este reconocimiento, el alma es quien dirige al cuerpo. Ahora necesitamos ser gobernantes y ser capaces de hacer lo que queremos. Ahora necesitamos hacernos totalmente libres de ser gobernados por el ego. El método para eso es tener una conexión mental con Dios. Él ahora está llenando el alma con Su propia sabiduría y amor puros.
Sarla Didi