El arrojo viene cuando el poder de la verdad está dentro de nosotros. Cuando somos constantemente verdaderos no tenemos nada que temer. Es el poder de la verdad el que nos hace mantener la fe y el coraje y nos capacita a enfrentar los desafíos en el día a día. Cuando nosotros comprobamos que nuestras acciones están basadas en la verdad, aunque las cosas aparezcan erradas, aun así, somos arrojados. Para eso es necesario recordar siempre que tenemos el poder de la verdad con nosotros y que seremos victoriosos, sean cuales fueran los desafíos que surjan en el camino.
