Diferentes tipos de pensamientos, liberan diferentes tipos de emociones y sentimientos. Y son esos sentimientos y emociones, los que nos dejan felices o tristes. Consecuentemente, nuestro estado de espíritu, no siempre depende de situaciones externas, sino del tipo de pensamientos que creamos. Como ejemplo, una buena máquina, siempre producirá buenos productos y, solo a través de la calidad de éstos, podremos tener seguridad y confianza en la máquina. Similarmente, los "sentimientos" y "acciones", son subproductos de nuestros pensamientos, pues al generar pensamientos saludables y pacíficos, tendremos sentimientos y emociones buenas y pacíficas, que naturalmente se revelarán en nuestras acciones.