La energía de una persona libre está repleta de amor, coraje y determinación. Es una energía concentrada que rige la mente y emociones, que no pierde de vista lo que es importante sin dejar aprisionarse por nada ni nadie. Por tanto, la energía de un ser libre está totalmente enfocada y tiene gran poder. No se trata de un falso poder–que puede venir de la adrenalina, orgullo y ego- pero si del poder que nace de un ser cuya consciencia, decisiones y acciones están alineadas. De un ser que sabe que nada o nadie puede impedirle ser libre y expresar su potencial.