Para conocer a Dios, necesitamos liberar la mente de los pensamientos corrientes. Cuando creamos espacio interior podemos recibir algo de lo Divino. Cuando conocemos a Dios es que somos capaces de transformarnos. El tercer ojo se abre y el intelecto se siente atraído por la verdad. Dios está lleno de amor, conocimiento y bienaventuranza. Él necesita que los seres humanos sean capaces de absorber sus virtudes y poder. (BK Dadi Janki)