ALEGRIA

La naturaleza alegre del espíritu cautiva los corazones. Las personas alegres son amadas principalmente por Dios y por los demás por ser así. La alegría es un remedio. Ella cura los conflictos y une los corazones separados. Cuando la persona es alegre, el mundo está alegre para ella. Un rostro sonriente, unas palabras dulces, una actitud positiva, una mirada sincera y relaciones cordiales son los medios de sumar espiritualidad a las acciones. Mantener el rostro alegre no es juego, exige un esfuerzo extraordinario. (BK Achuthan).