La tierra soporta buenos tiempos y malos tiempos. Ella nos ofrece una lección de humildad, generosidad, tolerancia y transformación. Entonces vamos aprender a tratar con amor y cuidar a la Tierra que nos sustenta como una madre. Cuando los seres humanos se reconocen como una familia que necesita ser cuidada, la Tierra se curará automáticamente, porque todas las heridas de la Tierra son causadas por actos de avaricia, egoísmo y ego. Cuando curamos el alma, curamos la Tierra.