Llegará el día en que el poder suave sustituirá a la fuerza del poder. Pero no podemos suavizar el poder a menos que suavicemos al alma. El poder suave funciona mejor porque el amor y la confianza están presentes. El poder viene del entendimiento que nos capacita a desempeñar buenas acciones. Cuando esas acciones son elevadas, la ayuda de lo Divino también se hace presente, trayendo fuerza adicional que automáticamente beneficia a los demás. Es de esa manera que el poder crece y aseguramos un futuro mejor. Podemos hacer el poder más benevolente.