Hoy me di cuenta que un pensamiento positivo y elevado es capaz de cambiar el curso de la historia. Hoy me percaté que todo cambio que deseo para mí, para mi familia y para mis amigos nunca salió de mis manos. Hoy decidí que la crisis de los demás, la crisis del mundo y aún mi propia crisis, no son motivo para debilitar mi felicidad. Hoy descubrí que la felicidad no es una búsqueda, sino una realidad que está en el ADN del alma y que solo debo adiestrarme para alcanzarla.