Mantener el corazón fuerte, honesto y generoso es el secreto para no ofenderse y también ayudar a sanar a los demás. Se fuerte, se un sanador. Dios necesita de manos derechas. Pon a Dios en tu corazón y tu cabeza siempre estará bien. Su mano llegará a los demás y no permanecerás preso de las situaciones. Se elevado, inocente y limpio internamente y sentirás que todo está bien.
Dadi Janki