SILENCIO


Vivimos una paradoja. Al consumir la avalancha de informaciones a que estamos sometidos, nos tornamos más vacíos. Vamos perdiendo la capacidad de discernir lo que queremos y lo que no queremos dejar entrar a nuestra privacidad mental. El ruido provocado por el exceso de información esconde el llamado del alma. Si queremos realmente llenarnos, necesitamos insertar momentos de silencio en nuestra agenda. Apreciar el silencio es apreciarse a sí mismo. Distanciarse del silencio es distanciarse de sí mismo.